Sin colores no hay paraíso

Para muchos, Caño Cristales es simplemente el río más hermoso del planeta. Para mí, sus aguas y el color fueron el premio mayor luego de casi tres extenuantes horas de caminata a pleno rayo del sol en la Serranía de La Macarena. Las plantas que descansan en su lecho dan las coloraciones rojas, amarilla y verde. Este santuario natural está, la mayor parte del año, a merced de las guerrillas. Lástima. Todos los colombianos deberíamos tener el derecho de poder conocer este paraíso. Caño Cristales (Meta, Colombia - 2004).

Asomo de asombro

Ignoraban quiénes se bajaban del Hércules. Solo sabían que ese día llegaba "una gente importante de Bogotá". La Ministra de Educación, el Defensor del Pueblo, otra decena de funcionarios anodinos y unos 11 periodistas de todos los sabores nos internábamos en el casco de Tibú, una muy pequeña población acostada en petróleo y enclavada en las selvas del Catatumbo, junto a la enorme frontera con Venezuela. Ese día, ellos (los niños) estaban con el uniforme impecable de la escuela; ese día pronunciarían discursos aburridores (los funcionarios anodinos) y casi todos bostezarían (los periodistas). Este trío -olvidando por un momento el acecho del día anterior de las guerrillas del Eln- se asoma a la camarita de este periodista y les regala esa sublime coquetería. Para mí, una hermosa foto por la inocente curiosidad. Nota mental: Quiero ser como ellos (los niños). Tibú (norte de Santander, Colombia, 2004).

La sonrisa congelada

Esta es la foto más cálida que me fue posible en uno de los sitios más fríos que he conocido. Es el Hospital San José, en el centro de Bogotá. La arquitectura de allí, todo un trono para la asepsia, es perfecta en su propósito, pero impersonal. La sonrisa, apenas dibujada de este señor, fue la única que se me atravesó. Quizá se dio cuenta de que le tomaba la foto, con esa técnica imprudente, pero discreta de la 'mano alzada' para no perturbar a las personas. En otras entregas, algunas otras fotos de esta sesión. Bogotá (Colombia, 2005).

La espiral de la vida

El sombrero vueltiao es el símbolo de Colombia, luego de una votación en línea que organizó la revista Semana. Más allá de ser un compañero inseparable en paseos y tardes de playa, este sombrero representa la esperanza del jornalero que en sus días de brega le hace el quite al sol para arañarle la vida a la mismísima tierra. Su espiral es el corazón de las vueltas y sus vueltas son una continua reiteración de que el tránsito por la existencia es solo un instante prestado, una sombra que se inventa así misma. Barranquilla (Colombia, 2004).

A lomo de avión

"Tranquilos: Desde 1942 este avión está volando y hasta ahora no ha pasado nada", palabras del capitán de la aeronave que nos llevaría, minutos después, desde Villavicencio a La Macarena, un pueblo enclavado en la Serranía de La Macarena. Las palabras realmente no tranquilizaban mucho si uno se ponía a pensar en que precisamente esas estadísticas, cada día más, con cada hora de vuelo adicional, se encargaban de desafiar las leyes de la probabilística siniestral. Estas fotos son del momento en que llegamos al destino y el avión se preparaba para emprender el regreso.

En La Macarena no hay bandas eléctricas que llevan el equipaje para descargar la estufa nueva que llega, providencial, desde la ciudad. Dos o tres mulas llegan hasta la panza del avión como cachorros que corren a amamantarse de la generosa nodriza. De vuelta, en ese avión se embarcan no solo los bultos de yuca, sino los costales de esperanzas de los campesinos que con su trabajo honesto buscan hacerle zancadilla al seductor canto de sirenas del dinero fácil del narcotráfico de la guerrilla de las FARC, que en esa zona tienen un gobierno casi absoluto. La Macarena (Meta, Colombia - 2004).

Silogismo de un aguacero personal

'A' = Unos niños hacen suyo el 'desperdicio' de una fuente en Ciudad de México y son felices. 'B' = Otros contemplan el desafío desde la barrera y también son felices; C = Todos gozan. (Ciudad de México, 2004).

PDTA: En la Universidad perdí Lógica con 2.9/5.0 y es probable que aquí se evidencie. Jóvenes lectores estudiantes: No tomar este "silogismo" como real; es solo un chiste.

Toda la vida por delante

Paciencia, curiosidad, inocencia, ingenuidad. Bogotá (Colombia, 2006).

Con el cielo adentro

Aunque no soy muy religioso (de hecho, casi nada), cierta iconografía y arquitectura religiosa me parecen fascinantes. No obstante, Brasilia es una ciudad donde los arquetipos que tenemos de lo religioso son 'vulnerados' por una reescritura de las formas arquitectónicas. Esta foto realmente no le hace mérito a la experiencia sobrecogedora de pararse en el centro y ver en los murales la idea de Niemayer: Que la luz del sol, a su paso por la ventana, dé la impresión de unas estrellas que se trasladan por la inmensa bóveda azul. ¿Qué puede ser más religioso que decirnos que la creación del universo cabe, cuando se quiere, en una pequeña inglesia en el centro de una húmeda ciudad en Suramérica? El guía que acompañaba a este asombrado periodista consiguió que el terco sacristán encendiera la araña y que cada una de las 7.400 piezas de cristal de Murano emergieran entre las sombras como un todo, como un sol de dos toneladas y media en el centro de 'la creación' de ese minúsculo universo de 16 metros de alto y 80 arcos (este 'sol' lo encienden muy poco por el alto consumo de energía). Iglesia de Don Bosco (Brasilia, Brasil - 2004).

Tira tu cable a tierra

Parafraseando a Fito Páez, el cerro de Monserrate le tira sus cables a la ciudad para que los dos teleféricos de más de 50 años suban y bajen sincronizadamente llevando en sus vientres a los pasajeros. La gran mayoría está compuesta por turistas y otro porcentaje menor va a comer tamal con chocolate, tal como reza la tradición en Los cucaracheros. Bogotá (Colombia, 2005).

El pescador barquero

La vida pasó, el río sigue haciéndolo aunque su sinuoso cauce se ve cansado; el río no ríe. El Atrato espera que lo abracen y el pescador, indeciso, aguarda en su bohío. Nuquí, Chocó (Colombia, 2004).

El día de 'la cicla'

Bogotá realiza desde hace unos años el 'Día sin carro', una jornada en la que está prohibido el tránsito de vehículos particulares por las calles de la ciudad. Esta foto es en uno de los parqueaderos de la ciudad donde este día solo recibió bicicletas de obreros, estudiantes y algunos ejecutivos. La foto me gusta por las diagonales que traza la rueda y fue capturada con mi ya tradicional técnica de contrapicados sin mirar, dándole un chance al azar, a la composición imaginada y no calculada. Bogotá (Colombia, 2005)

'Todavía soplo'

Sus compañeros del 'cuarteto de vientos' lo molestaban y le decían con sorna: "Ya no sopla". Este maestro se dedicó a sacar de sus entrañas, 'literalmente', los sonorísimos acordes del San Juan. Bogotá (Colombia, 2006).

El tobogán

No es que haya viajado mucho, pero este hotel es uno de los más hermosos de cuantos me he quedado. Es el Blue Tree Towers en Brasilia, una ciudad que por sí sola es una obra de arte. Este edificio no fue inferior al reto de estar en una ciudad en forma de mariposa, tal como la concibió el gran arquitecto planificador Lucio Costa. Este hotel está a solo 10 minutos del Palacio Alvorada, donde mora el Presidente de turno. Por dentro, el lobby es una trama de intrincadas formas y por fuera sigue haciendo juego con los edificios públicos que diseñó Niemayer, pero narrando la ciudad desde la contemporaneidad porque este edificio se construyó mucho después de la fundación de la nueva capital (1955-1960). La foto -que hice desde la ventana de mi habitación- no tiene mayor mérito fotográfico, todo el mérito lo tiene la arquitectura misma.

En otros posts, les mostraré algo más de Brasilia, aunque iba con mi camarita casera y menos pendiente de hacer fotos porque estaba concentrado en otro tipo de tareas periodísticas. Brasilia, (Brasil 2004).

La otra cara de la moneda

Los vi en Puerto La Cruz, La Guaira; los vi en Santa Marta, Barranquilla, Nuquí, Honda; en Acapulco, San Juan... A este niño lo vi muy cerca de Cartagena. A todos ellos los une un método para hacerse a unos centavos: Pedir una moneda a los turistas con la promesa de sacarla con escaramuzas artesanales de un buceo ancestral. En todos estos puertos, la promesa es igual y la respuesta también. Siempre hay una, varias monedas para ellos y siempre quedará esa incertidumbre de si esas monedas irán a ellos o solo serán los colectores de una inmensa cadena de explotadores de la condición infantil. Isla de Tierrabomba, Bolívar (Colombia 2006).

A la mar

La tarea no está hecha. No sé el verdadero nombre de 'Ciquinho' ni él sabe cómo me llamo, solo me oyó decir que no era brasileño y que era jornalista. Sabe que las tareas lo esperan en casa, pero sin decírmelo, me 'dice' que las olas también lo aguardan. Playa de Copacabana (Río de Janeiro, Brasil - 2004)

La tarde gris del General San Martín

"La Confederación Argentina, la Gran Familia Sudamericana, perdió la precisa existencia del venerado Padre de la Patria, del eminente guerrero, del virtuoso e ilustre héroe, el General D. José de San Martín, cuya vida toda fue un sublime sacrificio oblado a la santa causa de la Libertad e Independencia Americana. Esta gran columna de América desapareció en Bolonia sobre el Mar, departamento del Paso de Calés, el 17 de agosto a las tres de la tarde".

(Información aparecida en El Federal Entre-Riano, periódico que aparecía en Paraná, el 16 de enero de 1851).

Bogotá, (Colombia, 2006)

Los de China entre los 'chinos'

Los guerreros estaban ahí. Ya no había afán y dos mundos se encontraban. El de los guerreros de Terracota y el de los miles de personas que se 'guerrearon' la boleta en el Museo Nacional. Unos habrán llegado de Beijing, pero otros llegaban de Roma, Venecia, Bolivia... Y Ciudad Keneddy. Unos para mirar y otros para ser vistos. Al final, los de China se camuflaron entre el resto de 'chinos'. Bogotá (Colombia, 2006).

Flamingo Road

Estas aves zancudas siempre me han parecido extraordinarias. Parecen de otro planeta, venidas desde la galaxia del equilibrio. Cali, Valle del Cauca (Colombia, 2006)

El convidado de piedra

La ciudad está llena de testigos, algunos son de piedra. Esta escultura -de los años ochenta- está hecha en resina poliéster por la caleña Gilda Mora, una irreverente artista plástica que fue pintora y nadaista en los sesenta, joyera en los setenta, arqueóloga empírica en los ochenta y ha vuelto a la pintura en estos años con más fuerza que nunca a través de sus paisajes hiperrealistas. Bogotá (Colombia, 2006).

El tigre que cazó al 'Águila'

Técnicamente, esta foto no tiene absolutamente nada. Pero el momento es sobrecogedor. El pobre muchacho que se metía en el abrigado cuerpo de felpa de ese tigre, luego de estar tres horas adentro y bajo 38° en la sombra de la Barranquilla de Precarnaval, debió decir 'no más' y se entregó a los placeres eflúvicos (si existe esta palabra como adjetivo) de una Águila helada. Nadie sabe dónde quedó la cabeza del tigre. Barranquilla, (Colombia 2005).

La Creación en la sal

La Catedral de Sal en Zipaquirá (a 40 minutos de Bogotá) es sencillamente espectacular por ser la que está a mayor profundidad en el mundo y por tener un diseño y dimensiones sobrecogedoras. Seguramente con cámaras profesionales y trípode se pueden hacer imágenes más sobresalientes. Esta fotito es de una adaptación/re-creación, valga la redundancia, de La Creación, de Miguel Ángel, que está en una de las naves. La iluminación de toda la catedral está muy bien diseñada. Zipaquirá, Cundinamarca (Colombia 2006).

World Press Photo en Bogotá

Foto del año. Autor: Finbarr O'Reilly

Hoy rompo el esquema tradicional de Tallar con Luz (tal vez no sea la última) para invitar a quienes aún no hayan podido asistir a ver la magnífica exposición itinerante de la World Press Photo 2005 que en Colombia se exhibe en el hall de Maloka. Las imágenes, más de 60, son sobrecogedoras por su intensidad dramática y gran calidad técnica en la gran mayoría, pero las que no están en ese máximo de técnica, sobsalen por su inmenso valor periodístico. Las deportivas, por ejemplo, son la comprobación de la concentración para captar momentos exactos, mientras que las que tienen que ver con actualidad demustran gran valentía al desarrollar un trabajo de fotoperiodismo en condiciones extremas. Son terribles las imágenes de un reportaje sobre las pandillas en Guatemala. Quienes asistan podrán ver la fotografía del canadiense Finbarr O'Reilly, de la agencia Reuters, quien fue proclamado ganador del galardón Foto del Año, con una imagen de una mujer nigeriana y su hijo, afectado por la hambruna. Hace muchos años, cuando estaba en el colegio, recortaba del periódico las fotografías que me gustaban; uno de los nombres que más se repetían era el de Henry Agudelo. Años después tuve el privilegio de que hiciera unas fotos para un trabajo mío cuando coincidimos en El Tiempo. Esta vez lo vuelvo a ver como subeditor fotográfico en El Colombiano, pero a través de su obra en esta foto desde el techo de la plaza de toros de La Macarena en Medellín. Sencillamente hay que ir.

• La galería de fotos ganadoras aquí.

El ex magistrado en su magisterio

Eduardo Cifuentes Muñoz ya no tiene los afanes de un cargo como el de Defensor del Pueblo, en el que capoteaba los embates de guerrillas y paramilitares; tampoco tiene que preparar delicadas ponencias que serían luego discutidas en una de las instituciones más respetadas por los colombianos: La Corte Constitucional. Ahora, Cifuentes discute con profesores y estudiantes, inaugura seminarios, contesta las preguntas de los periodistas que lo buscan para que conceptúe sobre los fallos de la Corte y en general, prepara las nuevas generaciones de abogados de la Universidad de los Andes. Bogotá (Colombia, 2005).

'Aquí estoy y aquí me quedo'

Tranquilos, no es una nueva amenaza de un reciente viejo dictador. Es el sentimiento de este par de niños que esa tarde 'amenazaron' con no volver a la ciudad para entregarse a los placeres mundanos de la mar del Pacífico. Sus padres los convencieron con la condición irrenunciable de que a la mañana siguiente volverían. Playas de La Bocana, a media hora de Buenaventura, Valle (Colombia 2006).

'Verde que te quiero verde'

El 20 de julio en Cartagena me dejó esta imagen durante el desfile del Día de la Independencia en Colombia. Ella hacía parte de una de las 47 comparsas por cada uno de los colegios que ese día desfilaron por el centro histórico con más de 36 grados de temperatura a las 3:15 p.m. Cartagena, Bolívar (Colombia 2006).

El corazón de la piña

La música salía con dificultad, la armonía era independiente de la melodía y algunos metales eran independientes del resto de la banda. Pero como no soy crítico musical, sino fotógrafo amateur, lo que me enamoró de esta banda fue la disciplina con la que llegaron al marco de la plaza del pueblo y mientras en una mano llevaban el corno o un clarinete, en la otra cargaban alguna silla que les prestaba uno de los 'piqueteaderos' (restaurantes típicos, populares y de buenos precios en los que se sirve carne asada y generalmente está a la orilla de la carretera) del pueblo para que pudieran sentarse a dar su recital. El pequeño concierto fue un domingo a las dos de la tarde en pleno día de mercado, con algunas piñas todavía por vender y con la promesa de la "deliciosa lechona" en al carpa azul del fondo y el perro husmeante, curioso por cada una de las filas. Zipacón, Cundinamarca (Colombia). 2006

Pequeños científicos

Decenas de niños aprenden mientras juegan gracias al programa Pequeños Científicos, una iniciativa de una importante universidad privada en Colombia que busca que la apropiación social de la ciencia y la tecnología sea una realidad. Si uno de ellos logra ser atrapado por el interés en la ciencia, todo habrá valido la pena. Esta imagen corresponde a un niño en la escuela La Giralda, en el centro de Bogotá (2005).