A lomo de avión


En La Macarena no hay bandas eléctricas que llevan el equipaje para descargar la estufa nueva que llega, providencial, desde la ciudad. Dos o tres mulas llegan hasta la panza del avión como cachorros que corren a amamantarse de la generosa nodriza. De vuelta, en ese avión se embarcan no solo los bultos de yuca, sino los costales de esperanzas de los campesinos que con su trabajo honesto buscan hacerle zancadilla al seductor canto de sirenas del dinero fácil del narcotráfico de la guerrilla de las FARC, que en esa zona tienen un gobierno casi absoluto. La Macarena (Meta, Colombia - 2004).
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