
Ignoraban quiénes se bajaban del Hércules. Solo sabían que ese día llegaba "una gente importante de Bogotá". La Ministra de Educación, el Defensor del Pueblo, otra decena de funcionarios anodinos y unos 11 periodistas de todos los sabores nos internábamos en el casco de Tibú, una muy pequeña población acostada en petróleo y enclavada en las selvas del Catatumbo, junto a la enorme frontera

con Venezuela. Ese día, ellos (los niños) estaban con el uniforme impecable de la escuela; ese día pronunciarían discursos aburridores (los funcionarios anodinos) y casi todos bostezarían (los periodistas). Este trío -olvidando por un momento el acecho del día anterior de las guerrillas del Eln- se asoma a la camarita de este periodista y les regala esa sublime coquetería. Para mí, una hermosa foto por la inocente curiosidad.
Nota mental: Quiero ser como ellos (los niños). Tibú (norte de Santander, Colombia, 2004).
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