martes, agosto 15, 2006

La otra cara de la moneda

Los vi en Puerto La Cruz, La Guaira; los vi en Santa Marta, Barranquilla, Nuquí, Honda; en Acapulco, San Juan... A este niño lo vi muy cerca de Cartagena. A todos ellos los une un método para hacerse a unos centavos: Pedir una moneda a los turistas con la promesa de sacarla con escaramuzas artesanales de un buceo ancestral. En todos estos puertos, la promesa es igual y la respuesta también. Siempre hay una, varias monedas para ellos y siempre quedará esa incertidumbre de si esas monedas irán a ellos o solo serán los colectores de una inmensa cadena de explotadores de la condición infantil. Isla de Tierrabomba, Bolívar (Colombia 2006).