La espera silente

La vida corría detrás de ella, pero inmóvil aguardaba a que la vida se cansara primero. La luz le atenazaba la espalda, pero su paciencia infinita y melancólica le quitaba toda aspiración de hundirse en sus poros. Bogotá (Colombia, 2006).

¿Disparar el obturador o comprar un pan?

Uno como fotógrafo aficionado intenta siempre mostrar sus mejores fotos, pero como este photoblog tiene una intención de mostrar imágenes como pretexto de sensaciones, debo decir que esta es una de esas fotos que no me gustan. Detesto la mirada del etnógrafo que mira la pobreza y se va; detesto la investigación fría que por 'principios de objetividad' no se involucra con el 'objeto/sujeto' de estudio.

Esta foto no la quiero porque me envuelve en esa misma lógica congelante; esta foto me hace sentirme cómplice del mismo problema que retrato. Esta foto me deja helado al preguntarme qué debo hacer ¿Disparar el obturador o comprar un pan? ¿Entrevistarlo u 'orientarlo'? Allí ese día obturé y no sé si hice lo correcto al seguir la fría escuela de The fly en the wall que pregona que el investigador debe ser como una mosca, imperceptible para los sujetos estudiados (o fotografiados como en este caso); esta foto todavía no me deja dormir plenamente la noche en que la veo. Hoy me espera otro de esos jartísimos insomnios éticos.

¿He debido publicarla entonces? No lo sé; hoy creo que sí porque ese tipo de preocupaciones creo que modesta y humildemente deben ayudar a cuestionarnos de manera permanente sobre nuestro oficio; sobre nuestro rol detrás de la lente. Cartagena (Colombia, 2006).

'Peligro No pase': La seguridad hipotecada

En las selvas del Catatumbo, en la frontera con Venezuela, está Tibú, un pueblo históricamente asediado por las guerrillas del Eln y de las Farc, pero también han entrado los paramilitares. Su economía se basa en el petróleo toda vez que allá hay importantes infraestructuras de Ecopetrol, la estatal colombiana que administra los hidrocarburos. Tibú (Norte de Santander, Colombia - 2004).

La esperanza se viste de novia

Los copos del algodón serán siempre sinónimo de suavidad, de liviandad. En Chicoral (Tolima) son lo mismo que la rudeza, el esfuerzo y el coraje. Mientras miles de campesinos curten su espalda bajo el rayo asesino del medio día para extraer la mota con el sudor de la frente, decenas de hacendados se enriquecen con 'el sudor de la gente'. Igual, para unos y para otros, es en el blanco donde se aloja la esperanza de la temporada; la cosecha es, literalmente, la tierra prometida, pero vestida de blanco. Chicoral, Tolima (Colombia, 2004).

El pasado en presente

'El Corralito de piedra' es una ciudad que vive de su historia; sin embargo, el reto que tiene es construir su futuro basados en el talento de su presente. Cartagena (Colombia, 2006)

Aparecieron las fotos... Casi todas

De antemano ofrezco disculpas por la tardía presencia en este blog. Reapareció gran parte del exiguo material que daba ya por perdido al sufrir un daño en el disco duro. Vamos con esta fotico tomada en la biblioteca de una universidad bogotana. Los libros siempre me han parecido fascinantes y no solo por el contenido, sino también por la mística que encierra su clasificación, la delicada cartografía que sus soldados construyen y celan por la milimétrica composición de la nomenclatura. Bogotá (Colombia, 2006).

¿No es bella?

Las mujeres colombianas tienen fama de hermosas ¿Dirían que es inmerecido este imaginario? Barranquilla (Colombia, 2005).

PDTA: Lamento la ausencia durante toda esta semana, pero por un daño en mi equipo he perdido la oportunidad de acceder a mi material.

La imagen de la vieja

Desde un carro y con el tiempo que deja el cambio de un semáforo, intempestivamente se me dibujó una historia y apenas tuve tiempo para sacar la cámara por mi ventana. Aunque podrían ser otras, esta es la historia, la mía o, mejor, la que vino a mí: La imagen de su vieja todavía le taladraba el cerebro. Su reflejo lo tenía carcomiéndole la memoria y su influencia aún se sentía cerca, pesada, respirándole en la nuca. Su vieja era, definitivamente, como del siglo pasado, mientras que él sentía que era la viva imagen de su época: cristalino, de formas limpias, en todos los casos, se sentía simplemente "moderno". Bogotá (Colombia, 2006) .

La red

Tanto se escribe de la red hoy en día: Que revolucionará el mundo, que cambiará nuestras formas de intercambiar bienes y servicios, que nos permitirá acceder a mares de conocimiento... Mientras tanto me acordé de otras redes, más sencillas, con tramas más simples aunque irregulares por caprichos intrascendentes de instantes irrepetibles. ¿Cómo les parecen esos tibios tonos fucsia del fondo? A mi me enamoraron. Girardot (Colombia, 2004).

PDTA: En la otra red, en "la que transformará el mundo", el blog de mi hijo acaba de ser nominado en la categoría de Mejor Weblog del Premio Colombia en Línea 2006. Escribí algo al respecto en mi otro blog: ¿Comunicación? - Blog de Víctor Solano. Ahí me perdonarán el orgullo de padre.

La luna que se cayó entre Monserrate y Guadalupe

¡Qué difícil es fotografiar la luna! Y más con una camarita casera. Lástima que esta foto, tomada ayer cuando la noche pedía turno, no cumple el objetivo del deseo: recoger ese instante pleno de magia que tienen las lunas cuando se caen entre los cerros... Bogotá (Colombia, 2006).

'El cielo encapotado anuncia tempestad'

"El cielo encapotado anuncia tempestad". Así rezaba el Himno de la Federación (1859) en Venezuela y diría que así rezaban las almas despavoridas, esa tarde tempranera en Cartagena cuando el manto de proporciones diluvianas se tendió sobre 'La Heroica'. Cartagena (Colombia, 2006).

Zoom out de un 'fragmento de una huella de Dios'

La ciudad como espacio público se entrega a sus flaneurs desprevenidos, pero los guía con su zigzagueante ritmo. Río está 'diseñada'; o mejor, está 'compuesta' en Sol mayor. Su nombre evoca eneros, pero su atmósfera está escrita en ritmos decembrinos por la espontaneidad de su gente a cualquier hora y con cualquier clima. Río de Janeiro (Brasil, 2004).

Fragmento de una huella de Dios

Las aceras en Copacabana son un ajedrez relajado, borracho y las de Ipanema, un rastro en las olas. Cada pequeño adoquín es un todo, pero tiene la gracias de sumarse a 'otros todos'. Todos los días reciben a los hedonistas cariocas y al sol ardiente. Quise saber más, pero el guía no lo tenía en el libreto, los habitantes de Río tampoco son muy conscientes de esa obra por la que caminan. Los andenes más famosos del mundo son un paisaje imborrable que han capturado algunas carátulas de la bossa nova. En otras fotos, les mostraré un zoom out de esta huella fractal en mi memoria. ¡Oh Saudade!. Río de Janeiro (Brasil, 2004).